El fútbol profesional colombiano se ha visto mal influenciado por dirigentes corruptos, por los malos manejos, y por los narcotraficantes que en algún momento se adueñaron de algunos equipos para lavar dinero. Lo que llevo a comprometer al deporte en asesinatos, secuestros, testaferrato y sanciones internacionales, dañando la imagen del país, y a la larga la de las ciudades como Cali donde se observo uno de los casos más graves. “El fútbol de Colombia vivió una época boyante de plata y buen nivel por un sólo factor: el narcotráfico. Rodríguez Gacha manejó el cuadro azul hasta el punto que casi el 25% de las acciones están intervenidas por la superintendencia que, sin embargo, le dio un paz y salvo para que pudiera jugar. Los hermanos Rodríguez Orejuela manejaron el América de Cali como consta en las listas públicas de socios de las décadas de los 70 y 80 que los noticieros no se cansan de mostrar, o en los cheques que pagaban la nómina. Pablo Escobar manejó a Nacional.” Gómez (2005)
En línea: http://www.tipica.org/media/system/articulos/vol3N2/N2V3_canon_e_estudio_caso_barras_bravas.pdf
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